miércoles, 10 de enero de 2018

¿Sí? (Parte 1)



          El ambiente del bar era tan espeso que no había forma humanamente posible de saber si habías emparejado correctamente tus calcetines. Yo, definitivamente, no lo sabía. Estaba sentado en uno de esos incomodísimos taburetes que parecen más hechos para ahuyentar a los clientes que para hacer que consuman. Mi cabeza reposaba sobre la palma de mi mano derecha, y el brazo de ese mismo lado descansaba sobre la barra. En mi otra mano bailaba mi tercer penúltimo orujo y en mi cabeza hacía lo mismo la idea de volver a llamarla.